Necesidades vitales de los niñ@s

Buscando el bienestar de los pequeños y adolescentes así como una mejora de la convivencia familiar es fundamental que las necesidades vitales de los niñ@s se transmitan de forma responsable, madura y armónica (desde los primeros años). Destacamos:

Sentirse queridos, cuidados y protegidos de manera equilibrada (sin caer en la educación permisiva ni en el opuesto,  las carencias afectivas). La educación permisiva (consentidora de todo, a demanda todo el tiempo) potencia niños y adolescentes tiranos, egoístas y narcisistas (siempre van a querer salirse con la suya de manera brusca, incluso agresiva. Se consideran el centro absoluto de todo, la tiranía es el eje de sus acciones,  desvalorando por completo al resto y a tod@s quienes no digan o hagan lo que ellos quieran) y las carencias afectivas fomentan pequeños y adolescentes inseguros, llenos de miedos, con gran falta de autoestima, falta de confianza en sí mismos… (explicado a grandes rasgos). 

Respeto absoluto entre los progenitores, cuidadores o tutores legales (independientemente de que convivan en la misma casa o estén separados). Oír hablar mal del padre o la madre (criticarse), las peleas, los gritos… hacen un daño terrible en los pequeños.

Los asuntos de pareja son de la pareja y nunca debieran volcarse sobre los hij@s. Priorizar su bienestar por encima del individual es fundamental.

-Aunque hay diferencias, desencuentros… ambas partes han de hacer que el respeto y la armonía familiar sean el eje fundamental de la convivencia. Nunca hablar mal del otro pues hace gran daño a los menores. Y, cuando nos equivocamos (lo cual es normal, pues nadie somos perfectos), podemos hablarlo y disculparnos (buscar puntos de cordialidad, como mínimo).

En más ocasiones de las deseadas se utiliza a los hij@s en beneficio propio en las separaciones. Gran error. Sufren muchísimo cuando se sienten utilizados como moneda de cambio entre sus padres (inmersos en grandes peleas en numerosas ocasiones).

Tener normas y límites les ayuda a llevar un orden de vida sano y coherente. Necesitan ser orientados hasta desarrollar un criterio propio maduro como adultos. Niñ@s y adolescentes aún no tienen suficiente experiencia de vida (aunque creamos o crean que sí). El criterio se desarrolla progresivamente con los años (si bien, hay bastantes adultos que aún en edades avanzadas muestran gran inmadurez, propia de adolescentes).

Trabajar aspectos relacionados con el autocuidado (físico, mental, emocional y social) va a hacer que crezcan con una autoestima en equilibrio, más íntegros y felices.

Procurar vivir en valores lo máximo posible.

-Desarrollar hábitos saludables.

-Alimentación lo más natural y equilibrada posible (evitar el exceso de dulces con azúcar refinada y los alimentos procesados. Se puede consumir muy puntualmente pero en exceso, como suele ocurrir, provoca hiperactividad, déficit de atención, ansiedad, alteración del funcionamiento cerebral, enfermedades …). Es muy común ver en las cafeterías de los centros educativos y en las propias casas grandes cantidades de chucherías, bollería industrial, bolsas de todo tipo… Niñ@s y adolescentes (también algunos adultos) lo consumen de forma abusiva, a diario, repercutiendo directamente en su salud física y mental.

Practicar deporte (en beneficio de la salud integral: cuerpo-mente).

Pasar el máximo tiempo posible en la naturaleza.

Potenciar el ámbito artístico y la creatividad.

Desarrollar el aprendizaje y los conocimientos.

Retrasar el uso de pantallas lo máximo en estas edades. A ser posible, evitarlo. No hay necesidad de correr al respecto. Ya habrá tiempo más adelante. Una vez más insistimos: las pantallas son maravillosas siempre que se utilicen en uso consciente y adecuado, a una edad apropiada, desarrollando un criterio en la selección de contenidos y en horario reducido.

Estas son algunas de las necesidades vitales de los más pequeños. Si se trabaja desde la infancia va a marcar una gran diferencia en la convivencia familiar, así como en la escuela y a nivel social, favoreciendo las relaciones armónicas.